La reconstrucción del muro fronterizo en la ciudad de Tijuana, México, ha sido retomada por la administración de Donald Trump en Estados Unidos, tras ocho meses de suspensión de las obras por órdenes del expresidente Joe Biden durante su mandato. Trabajadores de la construcción han sido observados en la zona de la playa desde que Trump asumió su segundo periodo como presidente, extendiendo el muro hacia el océano Pacífico.
Según el activista Daniel Watman, director de programas del Parque de la Amistad en Tijuana, la construcción del muro es parte de una industria que beneficia económicamente a ciertas personas, pero no ofrece una protección real. Watman aboga por el uso del parque como un espacio de unión y colaboración entre ambas naciones para preservar el medio ambiente.
El Parque de la Amistad, establecido en 1971 por la entonces primera dama Pat Nixon en la frontera de Tijuana, simboliza la unidad entre Estados Unidos y México y ha sido utilizado para reunificar familias. Sin embargo, el espacio del lado estadounidense ha permanecido cerrado al público desde 2020 debido a la pandemia.
Watman expresó su incertidumbre sobre el futuro del parque con la nueva administración de Trump, ya que no han tenido contacto con ningún representante. Se espera que una vez finalizados los muros, se abra una puerta restringida para permitir encuentros familiares, aunque existe escepticismo sobre si se cumplirá este acuerdo.
El activista señaló que la retórica de Trump ha estigmatizado a los habitantes del lado mexicano de la frontera y ha generado preocupaciones sobre la posible apertura de la puerta para reuniones familiares. La situación actual deja muchas incógnitas sobre el destino del parque y la posibilidad de mantener su propósito original de unir a las personas a ambos lados de la frontera.