Nicolás Maduro pide a la ONU defender a migrantes venezolanos deportados a El Salvador
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha solicitado la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para proteger a los migrantes venezolanos que fueron deportados a El Salvador desde Estados Unidos el pasado 15 de marzo. En una serie de llamadas telefónicas con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, Maduro expresó su preocupación por la situación de estos connacionales y pidió que se respeten sus derechos.
Según un comunicado compartido por el gobierno de Venezuela, Maduro destacó la importancia de que el Sistema de Naciones Unidas garantice los derechos de los venezolanos migrantes y cumpla con el derecho internacional. En particular, el mandatario solicitó la liberación de los 238 venezolanos que fueron enviados a la cárcel de máxima seguridad en El Salvador, a pesar de no tener cuentas pendientes con la justicia de ese país.
La decisión de Estados Unidos de deportar a estos migrantes venezolanos se basó en la invocación de la ley de enemigos extranjeros de 1798, una medida legal que rara vez se utiliza y que ha generado controversia en este caso. Los abogados defensores de los deportados argumentan que no han tenido un juicio justo ni acceso a sus representantes legales, lo que violaría sus derechos según las leyes estadounidenses y salvadoreñas.
En respuesta a la solicitud de Maduro, tanto Guterres como Türk se comprometieron a activar mecanismos de defensa para restituir los derechos humanos de los migrantes venezolanos en El Salvador. La preocupación por la situación de estos connacionales ha generado tensiones entre el gobierno venezolano y las autoridades estadounidenses, así como críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
La deportación de los migrantes venezolanos a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador ha sido comparada por el gobierno de Maduro con la persecución sufrida por el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. Esta analogía ha sido rechazada por las autoridades salvadoreñas y estadounidenses, que sostienen que la medida se tomó en base a información de inteligencia que vincula a los deportados con actividades delictivas.
En medio de esta controversia, la intervención de la ONU se presenta como una oportunidad para garantizar el respeto de los derechos humanos de los migrantes venezolanos y buscar una solución justa y equitativa para su situación. La presión internacional sobre este caso podría llevar a un cambio en la política migratoria de Estados Unidos y a la protección de los derechos de los migrantes en el futuro.
En conclusión, la solicitud de Nicolás Maduro a la ONU para defender a los migrantes venezolanos deportados a El Salvador es un llamado a la comunidad internacional para proteger los derechos humanos de los más vulnerables. La respuesta de la ONU y las acciones que se tomen en este caso serán cruciales para garantizar la justicia y la dignidad de los migrantes en todo el mundo.