Wall Street Journal (Editorial): «Diosdado Cabello, debe estar furioso» En medio de un panorama mundial repleto de noticias desalentadoras, surge un relato esperanzador: el rescate coordinado por Estados Unidos de cuatro rehenes políticos que estaban retenidos por el régimen de Nicolás Maduro. Esta operación no solo representa un revés para la dictadura venezolana, sino también un logro significativo para la administración Trump, que asumió riesgos que el gobierno de Biden había evitado anteriormente.
La Crisis Diplomática que Desencadenó Todo
Cinco miembros de la oposición democrática venezolana —Magalli Meda, Omar González, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero y Humberto Villalobos— trabajaban activamente en la campaña presidencial de la líder opositora María Corina Machado cuando el régimen intentó arrestarlos. El 20 de marzo de 2024, buscaron refugio en la embajada argentina y solicitaron salvoconducto para salir del país, amparados por el derecho internacional. Sin embargo, el régimen se negó rotundamente a concederlo.
Cuando María Corina Machado obtuvo una victoria contundente en las elecciones presidenciales del 28 de julio, la situación se tensó aún más. El presidente argentino Javier Milei se negó a reconocer la versión oficial de los resultados electorales impuesta por la dictadura militar, lo que provocó la expulsión de los diplomáticos argentinos del país.
Un Asedio Implacable
Brasil asumió la custodia temporal del edificio, pero posteriormente sus diplomáticos fueron impedidos de ingresar a las instalaciones. El régimen intensificó su asedio a la embajada: cortó el suministro eléctrico y obligó a los ocupantes a racionar alimentos y agua. La vigilancia del lugar se volvió tan extrema que solo era comparable con la del palacio presidencial, con patrullas armadas recorriendo constantemente las calles circundantes.
La Operación de Rescate
Uno de los cinco opositores logró escapar antes de esta semana, por medios que aún se desconocen. Aunque el Departamento de Estado norteamericano se ha abstenido de comentar sobre los detalles de la operación de rescate, fuentes confiables indican que Estados Unidos desempeñó un papel crucial. Todo apunta a que los guardias que custodiaban la embajada y posiblemente otros funcionarios fueron «persuadidos» para mirar hacia otro lado durante la ejecución del plan. Aparentemente, no hubo enfrentamientos armados.
Las Repercusiones Políticas
Diosdado Cabello, uno de los principales ejecutores del régimen, debe estar furioso por haber perdido sus «fichas de negociación». Tras la fuga, sus esbirros allanaron la residencia de Magalli Meda. Aunque Cabello afirma que los rehenes fueron liberados como parte de un acuerdo político, el posterior allanamiento de la casa de Meda contradice esta versión.
Brasil emitió un comunicado negando cualquier participación en algún pacto, tras meses intentando negociar sin éxito un salvoconducto para los cinco opositores. Desde Caracas, María Corina Machado declaró el jueves que «absolutamente no hubo negociación alguna», calificando la misión como una «operación precisa, compleja y perfectamente ejecutada».
La Postura Internacional
El Secretario de Estado Marco Rubio elogió la misión en X.com el martes, añadiendo que «el régimen ilegítimo de Maduro ha socavado las instituciones venezolanas, violado los derechos humanos y puesto en peligro nuestra seguridad regional». El Departamento de Estado añadió el viernes: «La vulnerabilidad y debilidad interna del régimen de Maduro en su propio país es evidente».
Esta situación podría tener al dictador durmiendo con un ojo abierto, consciente de que su control sobre el país no es tan absoluto como pretende proyectar. FUENTE Editorial de Wall Street Journal 10 de mayo 2025