En la madrugada del miércoles, el centro penitenciario de Tocuyito, ubicado en el estado Carabobo, fue objeto de un operativo militar y policial sorpresa. Al mismo tiempo, Néstor Richardi, considerado el líder del lugar, publicó un comunicado en redes sociales. Mientras los efectivos tomaban control de la prisión, Richardi se despedía de sus seguidores en Instagram, donde comparte su música, colaboraciones y momentos en el estudio R7 Music, ubicado dentro de Tocuyito.
En la imagen publicada, Richardi aseguraba a sus seguidores que no sabía cuándo volvería a comunicarse con ellos, y que era el momento de la liberación del estudio R7. El post ha acumulado más de tres mil me gusta y cientos de comentarios. Destaca el apoyo recibido por varios artistas nacionales, como Gustavo Elis, Reke y Noreh, quienes han visitado a Richardi en la prisión.
Además de su notoriedad como líder criminal, Richardi ha establecido conexiones con artistas internacionales y ha colaborado con ellos. En 2021, Baby Rasta fue el primero en visitarlo, quedando impresionado por el estudio musical. Otro artista que solía visitar a Richardi antes de la intervención de la prisión fue Noriel, con quien colaboró en una canción junto al artista urbano venezolano Jeiph. Sin embargo, su popularidad se disparó en abril de este año, cuando Anuel AA acudió a la prisión y se fotografió con Richardi, quien siempre se muestra en público con un pasamontañas para evitar ser identificado.
Néstor Richardi es un criminal venezolano que supuestamente se convirtió en uno de los principales líderes negativos en las prisiones del país. Su ascenso se dio tras la muerte de Wilmer José Brizuela Vera, conocido como “Wilmito”, quien fue el primer líder negativo de Venezuela y estaba vinculado a delitos como sicariato, porte ilegal de armas de fuego, secuestro, lesiones y violación de medidas cautelares. Según el portal Insight Crime, Richardi no es líder de una megabanda en la actualidad, pero tenía el control sobre el cobro de cuotas a los reclusos y la extorsión a los comerciantes de las zonas cercanas a Tocuyito.
Además, se afirma que Richardi obtiene ingresos a través de negocios como charcuterías y minería ilegal. Curiosamente, fue condenado en el año 2000 a 20 años de prisión por homicidio calificado. En 2008, su condena fue reducida a 17 años y 6 meses. A pesar de haber cumplido su condena en 2018, decidió seguir viviendo en la prisión que comandaba.
Según la investigación realizada por Insight Crime, el pabellón donde vivía Richardi es una edificación de ladrillos custodiada por seis presos armados con fusiles AK-103, AR-15, FAL y pistolas 9 mm.