El trajinar del mundo me hace filosofar sobre los caminos de los Creyentes al depositar su confianza en Dios o dioses, tan igual que los Ateos tienen “Fé” en alguna rebelde corriente de pensamiento; no seré yo quien haga prejuicios a los estereotipos de este orden. Cada quien tiene un libre albedrío
Hay un versículo Bíblico que reza, así :
“El Sol sale sobre buenos y malos, también la lluvia cae sobre justos e injustos”. ¡Aquí nace mi discurso! .
Si el Sol, lluvia, Tierra, oxígeno, las leyes de Newton, las leyes de la termodinámica, los procesos bioquímicos, códigos morales y otros los cuales rigen a la vida, incluyendo ambos grupos, Creyentes y Ateos. Me pregunto: ¿Donde está el beneficio de la pugna entre ellas o de pertenecer alguno?
Si la enfermedad, la pobreza, vejez y muerte son para ambos. ¿Cómo no ayudarnos a enfrentar este dolor? Por cierto, el Buda dejó técnicas psicológicas transpersonales muy interesantes, las cuales sugieren la mengua de los sufrimientos humanos.
Otro mensaje poderoso es el de Yeshua, el Maestro espiritual más influyente en cuanto al área de resiliencia metafísica, nos habla del más allá de la muerte y la existencia de un reino extratierra que a su vez dirige al nuestro. Por cierto, todas las religiones más influyentes esperan sus Mesías, Los Judíos, Mulsulmanes, Hindúes y Cristianos, tienen entre 2.800 y 1.200 años esperando dichas figuras, el objetivo de estas promesas es ordenar al mundo en los principios de Justicia, Paz y Amor. Esperar una figura exógena con superpoderes sería la justificación perfecta ante la incapacidad humana de no poder autocorregir sus errores, por la misma naturaleza de querer dominar a otros, corrupto y carnal. En todo caso los Ateos asumen estas realidades de manera científica al tratar de conseguir respuesta ante el caos de nuestro karma – Causa y efecto.
Hoy estamos inmersos en una “Procrastinación Inversa” donde la humanidad con su historia ha creado hasta barreras invisibles para dividirse, mucho más al practicar el maximalismo político – religioso. Pero no tengo la menor duda haciendo volar mi imaginación al: “Ver un Creyente y un Ateo a punto de ser fusilados por sus creencias, me atrevería a afirmar que los dos se tomarían de la mano ante tal sufrimiento y miedo, viendo la muerte cara cara, mientras sus líderes están tomando una buena copa de vino.
Para finalizar cito los extremos de esta división psíquica para obviar sus propias subdivisiones internas en ambos grupos trayendo con ellas confusión, fantasía y manipulación en esta gran guerra cultural.
Con mi discurso no niego a Dios y su ADN en mi, tampoco niego mi humanidad pecadora, exploradora e inventora, pues así fui diseñado.
Dr. Freddy González Blasco.
Shalom.