El expresidente Evo Morales fue declarado en rebeldía por un juez en Bolivia este viernes, reactivando así una orden de detención en su contra por no presentarse a declarar en un caso de presunto abuso a una menor. El juez Nelson Rocabado, en una audiencia en la región sureña de Tarija, indicó que se dispone su búsqueda y aprehensión, tras la ausencia de Morales.
Un grupo de mujeres, identificadas como madres de familia, se congregaron afuera del juzgado exigiendo justicia en el caso y la detención del exgobernante. Desde diciembre, Morales enfrenta una orden de aprehensión emitida por la Fiscalía. Las mujeres llevaban pancartas con mensajes como «Evo Morales abusador, las niñas no se tocan».
Morales ha eludido reiterados requerimientos de la justicia y se ha refugiado en su feudo cocalero en el centro de Bolivia, argumentando falta de garantías. Dirigentes campesinos afines han respaldado esta postura, asegurando que no permitirán que se afecte a Morales.
El caso se activó el año pasado en medio de tensiones en el partido de gobierno previo a las elecciones presidenciales de agosto. Morales es investigado por presunta trata y tráfico de personas, acusado de mantener una relación con una menor que resultó embarazada durante su mandato. La Fiscalía presentó una imputación formal en diciembre y emitió una orden de detención y arraigo.
La defensa de Morales ha alegado que se trata de un caso armado y que no han sido notificados formalmente. En una audiencia reciente, su abogado presentó un certificado médico por problemas de salud, pero el juez determinó que eran dolencias tratables.
Líderes opositores y funcionarios del gobierno han criticado la negativa de Morales a asistir a las audiencias, instando a que se realice una prueba de paternidad si es inocente. El expresidente ha denunciado un complot del gobierno actual para sacarlo de la contienda electoral, aunque la Corte Suprema ya se ha pronunciado en contra de su candidatura.
La falta de voluntad de Morales para enfrentar a la justicia ha generado controversia y tensión en Bolivia, mientras el exmandatario sigue en una posición de rechazo a las acusaciones en su contra.