En una nueva sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Washington el pasado viernes, Venezuela acaparó la atención de los presentes. Durante este encuentro, se destacaron los discursos más impactantes sobre la situación en el país sudamericano.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe detallado sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, siendo la comisionada relatora para Venezuela, Gloria de Mees, la encargada de exponerlo. Posteriormente, representantes de diversos países tomaron la palabra para expresar sus posturas.
Uno de los discursos más virales fue el del representante de Uruguay, Washington Abdala, quien enfáticamente afirmó: «Si gana la dictadura, perdemos todos». Abdala cuestionó el tono a utilizar con una dictadura y cómo reclamarle a un dictador, generando un intenso debate en la sala.
En el caso de Estados Unidos, se destacó la postura de Edmundo González, quien fue considerado como el legítimo ganador de las elecciones pasadas en Venezuela. Además, se señaló que el país está siendo gobernado por un «órgano del narcotráfico», lo que generó gran controversia entre los presentes.
Por su parte, Antigua y Barbuda condenó las violaciones a los derechos humanos en Venezuela y exigieron la liberación de todos los presos políticos como medida urgente. Mientras que Paraguay rechazó la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente y solicitó el cese del hostigamiento y el respeto a los tratados internacionales.
En un tono más incisivo, Brasil expresó su preocupación por las detenciones y represión política en Venezuela, abogando por un diálogo sincero como solución al conflicto. Panamá, por su parte, instó a la liberación inmediata de todos los presos políticos en el país, destacando la importancia del monitoreo riguroso por parte de la CIDH.
Costa Rica calificó la administración de Nicolás Maduro como un «régimen» que busca perpetuarse en el poder, mientras que República Dominicana criticó la pasividad del gobierno venezolano ante los pedidos de transparencia electoral. Además, propuso la realización de nuevas elecciones como salida a la crisis.
En un tono similar, Guatemala condenó las violaciones de derechos humanos en Venezuela y abogó por la celebración de elecciones con garantías democráticas como solución. Colombia propuso impulsar un diálogo entre las partes para garantizar los derechos humanos en el mundo.
Canadá se sumó a las críticas al gobierno de Maduro, considerándolo como un régimen represivo y sin legitimidad. Argentina, por su parte, denunció el asedio a su embajada en Caracas y la detención arbitraria de un militar argentino en Venezuela, calificando estos actos como crímenes de lesa humanidad.
Perú condenó la juramentación de Maduro y reiteró su apoyo a Edmundo González como ganador de las elecciones. Finalmente, Ecuador denunció el fraude electoral en los comicios y exigió poner fin a la injusticia en Venezuela sin medias tintas ni silencio cómplice.