Todo compromiso es una obligación moral que tiene un costo, mayor o menor, según lo que haya que sacrificar para cumplir.
El compromiso más importante es con los principios y valores de nuestra civilización, entre ellos la democracia.
En la situación actual, en la que un grupo de violadores de los derechos humanos, de corruptos e ineptos pretende eternizarse en el poder, la oposición enfrenta internamente algunas diferencias de criterio y externamente numerosos obstáculos que el régimen ha colocado y colocará para evitar que se realice exitosamente la primaria, que posteriormente haya una elección presidencial con las garantías contempladas en la Constitución y que entregue el poder cuando pierda en el 2024.
Los dirigentes democráticos y el resto de los ciudadanos estamos en el deber de conciliar y convivir para tener más probabilidades de vencer.
No podemos tildar de colaboracionista a todo aquel que piense diferente de cómo enfrentar al régimen o que cree que es necesario negociar y tender puentes con quienes no son corruptos, ni violadores de derechos humanos.
Como hemos comprobado, la lucha por la democracia en un régimen como el de Maduro y sus secuaces es muy dura.
Tienen mucho tiempo en el poder y han logrado secuestrar al resto de las instituciones del Estado. No basta con que un 80 por ciento de los venezolanos queramos un cambio.
Lograr que retire las inhabilitaciones ilegales de tres de nuestros candidatos a la primaria y que esta se realice es una tarea titánica que requiere el concurso activo de todos.
Mucho más difícil es que permita elecciones limpias y que Maduro reconozca su derrota. Algunos están convencidos de que es una fantasía y que quien predica que se puede lograr está engañando a la gente.
Puede que sea una fantasía, pero recordemos que “quien no está dispuesto a vencer, está vencido”.
Guardando las distancias, cabe recordar que hoy 1 de agosto, en 1492, los judíos fueron expulsados de España y tuvieron que vivir en lo que entonces era el imperio Otomano.
Siglos después, esos sefarditas, junto con asquenazíes procedentes de Europa central y los mizrajíes del Oriente, crearon el Estado de Israel, que ha realizado importantes aportes a la ciencia.
Eso fue posible por tener un objetivo común y grandes líderes como Ben Gurión y Golda Meir, entre otros, aunque ahora Netanyahu y los fanáticos religiosos intentan dar un paso atrás.
Por cierto, que, generosamente, España ha otorgado la nacionalidad a los descendientes de los expulsados.
El compromiso con la democracia no admite titubeos, pero en tiempos difíciles se pone a prueba. Aquí no cabe decir “he renunciado a ti, no era posible, eran vapores de la fantasía…”, del conocido poema del gran Andrés Eloy Blanco. Cuatro distinguidos compatriotas renunciaron a sus compromisos adquiridos con la democracia.
Dos de ellos al Consejo Nacional Electoral, Roberto Picón y Enrique Márquez, y otros dos a la Comisión Nacional de Primaria, Rafael Arráiz y Carolina Uzcátegui. Ninguno puede ser señalado de vendido al régimen, como dicen algunos por las redes.
Sin embargo, causaron daño al movimiento opositor. Antes de aceptar esas responsabilidades han debido evaluar las dificultades y riesgos de las mismas.
Además, las cartas de renuncia han debido ser en otros términos. La más reprobable es la de la señora Uzcátegui.
Afortunadamente, se incorporó Mildred Camero y la Comisión de Primaria sigue cumpliendo su compromiso.
Es necesario descalificar enfáticamente la solicitud de algunos de que los candidatos inhabilitados deben renunciar a participar en la primaria.
Es un golpe bajo que, indirectamente, favorece al régimen. Los candidatos deben seguir recorriendo el país. Si en la cercanía del 22 de octubre alguno percibe que su probabilidad de ganar es muy baja, es aceptable que renuncie y ojalá endose a quien tiene mejores números.
Desde luego hay otros escenarios, pero los mismos no deben contemplarse tempranamente. El objetivo es que todo el que desee participe en la Primaria y que apoyemos a quien gane. Ese es el compromiso y nadie debe ser presionado para que renuncie prematuramente.
Como (había) en botica
- Adán Celis (h), presidente de Fedecámaras, defiende los negocios de algunos de sus afiliados. Por ello pide se levanten las sanciones a pesar de que sabe que las mismas no son la causa del hambre y de la deficiencia de servicios que padecen los venezolanos. Que tilde de locos a quienes pedimos que se mantengan como mecanismo de presión para tener elecciones libres y el fin de las inhabilitaciones políticas es una grosería. Debería regular su conocida agresividad.
- Ileana Medina solicita se revoque la nacionalidad a algunos dirigentes opositores. Como fanática totalitaria ignora el artículo 35 de la Constitución.
- El distinguido veterinario Pedro Piñate y la Asociación de Ganaderos de Cojedes denuncian las invasiones, hurtos y atropellos en los hatos El Milagro y La Batalla.
- ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamires@hotmail.com | 1 de julio 2023